Salsa Napolitana Grumman.
La salsa napolitana tiene su historia. Como buen mito de la mesa, los orígenes de este aderezo hay que buscarlos hace mucho, mucho tiempo. Concretamente, en el siglo XIV, cuando aparece ligada al plato daube de boeuf. Se trata de un estofado de buey con salsa procedente de la cocina francesa, concretamente de la región mediterránea de la Provenza.
En Nápoles acabó popularizándose como ragù -siempre que estuviera acompañada de carne- en el siglo XIX. Pronto acabó convirtiéndose como protagonista de la comida dominical bañando pastas y carnes. Y, si miramos a España, se acabó implantando, gracias a la emigración que llegaba del país vecino con el nombre de salsa napolitana.
Para su implantación en la exigente cocina italiana influyeron varios factores. Uno es que demandaba una preparación lenta y minuciosa que podía empezar incluso la tarde del día anterior. Su presencia en la mesa, además de potenciar cada alimento, era sinónimo y garantía de tradición y confianza. Uno de los éxitos de las mammas y las nonnas, las madres y abuelas italianas.