Beneficios de no consumir alcohol

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Consumir alcohol es perjudicial para la salud. De hecho, los expertos repiten continuamente lo peligroso que es para el organismo, puesto que su consumo puede causar problemas de salud, mal humor, falta de sueño y de concentración.

Además, existe un fuerte vínculo entre el consumo excesivo de alcohol y la depresión y la ansiedad, puesto que es un potente depresor del sistema nervioso. Este consumo excesivo puede dañar los nervios del cerebro, reduciendo el efecto de los neurotransmisores que son esenciales para la salud mental. Te contamos los beneficios de no beber alcohol y cómo se notan de manera casi inmediata. Así cambia tu cuerpo al dejar de consumirlo.

Cómo cambia tu cuerpo al dejar de
consumir alcohol con frecuencia

El cuerpo empieza a notar los cambios casi de inmediato, aunque estos pueden variar de persona a persona en función de la cantidad de alcohol que hayan bebido anteriormente. Por norma general, una hora después de tomar la última bebida, el hígado comienza a trabajar en eliminar el alcohol de la sangre. Entre 1 y 12 horas el alcohol habrá desaparecido del organismo.

En la primera semana, es habitual experimentar una mejora en los patrones de sueño, mayor hidratación, más rendimiento físico y más facilidad para tomar decisiones o aprender.

Durante la segunda semana desaparece el reflujo usual propio del consumo de alcohol y se disfruta de la sensación de alivio en la acidez estomacal. Igualmente, comienza a notarse una pérdida de peso y se reduce la necesidad de consumir azúcar.

A lo largo de la tercera semana, mejora la visión, la salud del riñón y se reduce la presión sanguínea, así como el riesgo de padecer problemas cardiacos. Por último, en la cuarta semana, el aspecto de la piel es más saludable, la coagulación de la sangre es correcta y se consigue mantener el balance hormonal.

Ventajas de no beber alcohol

Dejar de tomar alcohol o solo consumirlo en ocasiones puntuales conlleva numerosos beneficios para el organismo y la mente. Los expertos afirman que hay ventajas casi inmediatas, pero también a largo plazo. Así lo demostraron los investigadores del University College London en su estudio de los cambios tras la abstinencia a corto plazo del alcohol. Te contamos cuáles son.

Piel con aspecto más saludable

El alcohol deshidrata tu cuerpo, incluida la piel. El consumo excesivo de alcohol puede dañar la piel llegando a provocar problemas cutáneos como deshidratación, piel flácida, psoriasis o descamación en la cara. E incluso hace que el rostro se vea hinchado. Al dejar de consumirlo, el organismo está más hidratado y mejora el aspecto de la piel.

Mejor calidad de sueño

El alcohol puede interrumpir tu sueño REM, puesto que la fase previa a este sueño profundo es la del Movimiento Ocular Rápido (MOR), la cual es interrumpida por el alcohol en el organismo.

La fase REM es esencial para la salud, puesto que ayuda a consolidar la memoria y garantiza un descanso reparador. Por lo tanto, reducir su consumo mejorará la sensación de descanso que experimentas al despertar.

Por otro lado, el alcohol relaja los músculos de la garganta, aumentando la probabilidad de sufrir la apnea del sueño y tener ronquidos. Existe la falsa creencia de que su consumo ayuda a dormir mejor, pero aunque esto pueda parecer así en las primeras horas de sueño, después incrementa la posibilidad de padecer insomnio.

La imposibilidad de dormir es ocasionada por la sustancia etanol (alcohol etílico), presente en casi todas las bebidas alcohólicas, que hace que el organismo no se relaje completamente para poder dormir.

Bajar de peso

El alcohol desequilibra el metabolismo e impide que el cuerpo reciba los nutrientes necesarios, además de estar lleno de azúcares y calorías vacías. Por ello, en una sola noche de copas se pueden llegar a consumir hasta 600 calorías.

Además, las bebidas alcohólicas suelen ir acompañadas de snacks o aperitivos que no contribuyen a mantener una alimentación adecuada. Por tanto, al dejar de consumirlas se reducen las calorías ingeridas.

Mejora la salud mental y el humor

Las resacas, así como la desaparición de los efectos del alcohol, afectan al carácter provocando mal humor y cambios bruscos de temperamento.

A largo plazo, el consumo de estas bebidas está fuertemente ligado a las enfermedades mentales, según varios estudios como el de “Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de alcohol”. Esto aumenta las posibilidades de padecer ansiedad, depresión, esquizofrenia o desorden bipolar.

Sistema inmune fortalecido

El alcohol interfiere negativamente con el sistema inmunológico, impidiendo que este produzca suficientes glóbulos blancos para combatir los gérmenes y las bacterias. Por lo tanto, no consumir bebidas alcohólicas reduce la probabilidad de contagiarse de gripes o resfriados.

Menor riesgo de padecer cáncer

El consumo de alcohol aumenta el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cánceres de cabeza, cuello, esófago, hígado y colón y, en las mujeres, el cáncer de seno. Esto es debido a que el hígado trabaja demasiado al intentar eliminar las toxinas del cuerpo que se ingieren al tomar bebidas alcohólicas.

Por lo tanto, el organismo se vuelve mucho más vulnerable. Al reducir el consumo, las probabilidades de padecer algún tipo de cáncer disminuyen.

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